Fumarse un porro y desparramarse en un sillón, acariciando a una siamesa de casi 8 kilos que expresa notoriamente su gratitud por recibir mimos.
Una estampa de dos gatas relajadas, pasándola bien, sin que nada les importe.
Altamente recomendable, pero no es para hacerlo seguido. Yo creo que hacer esto cada 15 días salvaría a cualquier psicótico al borde de realizar un genocidio.
Me puse a pensar en la serie de cosas que estaría bueno hacer en bajo los efectos del THC. Porque fumarse un porro por el mero hecho de fumarselo es una idiotez. Eso lo hace la gente que no es divertida sobria. Yo en estado de sobriedad tengo suficiente personalidad como para animar 6 fiestas infantiles y un divorcio al mismo tiempo. La onda es experimentar. Sentarse en un sillón a acariciar un gato no tiene nada de asombroso. Pero hacerlo en un estado hipersensible es otra cosa totalmente diferente.
Así que seguramente intentare hacer otras cosas…
ADEUSSSSSS